Durante décadas, las agencias de traducción han confiado en process-first thinking para satisfacer las demandas de los clientes.
Los modelos reactivos y basados en servicios impulsaron el crecimiento de empresas multimillonarias en todo el mundo.
Pero según el CEO de Bureau Works, Gabriel Fairman, esa era está terminando rápidamente.
El auge y la caída de "Primero el Proceso"
El pensamiento de "Primero el Proceso" se construyó sobre la reactividad.
Las partes interesadas hicieron solicitudes y las cadenas de suministro hicieron todo lo posible para satisfacerlas.
La flexibilidad era el arma secreta. Tanto si se trataba de traducir un archivo de InDesign como de lanzar un proyecto de interpretación, las agencias fueron elogiadas por su capacidad para "hacer que funcione".
Pero esta adaptabilidad tuvo un costo oculto: complejidad.
Con el tiempo, los procesos se volvieron tan intrincados y manuales que ralentizaron las empresas.
Como dice Gabriel:
"El proceso se vuelve más caro que la traducción en sí... y eso se volverá más común a medida que el valor por palabra disminuya debido al auge de la IA generativa."
En un mundo donde los márgenes están reduciéndose, esa ineficiencia ya no es sostenible.
Por qué es importante el pensamiento que da prioridad al software
En lugar de reaccionar a cada nueva solicitud, el pensamiento que da prioridad al software se centra en lo que la tecnología puede hacer de manera eficiente.
En lugar de crear un proceso personalizado para cada necesidad, el software ofrece un marco, una forma de estandarizar y automatizar sin sacrificar la calidad.
Este modelo obliga a las empresas a especializarse, no a generalizar.
Ya no se trata de ofrecer todos los servicios posibles; se trata de convertirse en un jugador de clase mundial en un conjunto de habilidades enfocadas.
Como explica Gabriel:
"La especialización se vuelve mucho más importante porque es muy difícil mejorar si estás haciendo un poco de todo".
Al confiar en la tecnología inteligente que impulsa la información (no solo la almacena), las empresas obtienen algo que no tiene precio: ancho de banda.
Ancho de banda para que el liderazgo elabore estrategias.
Ancho de banda para que los equipos innoven.
Ancho de banda para que las empresas sigan siendo relevantes a medida que la IA remodela la industria.

Ancho de banda: El activo más valioso
Sin ancho de banda, las empresas se ahogan en el trabajo administrativo.
Dedican más tiempo a cotizar proyectos, asignar tareas y ejecutar flujos de trabajo manuales que a realmente construir mejores negocios.
Las organizaciones centradas en software invierten esa ecuación.
Liberan tiempo, permitiendo que los equipos se concentren en mejorar los servicios, desarrollar nuevas soluciones y crear valor real para los clientes.
Gabriel lo resume de forma sencilla:
"El ancho de banda es el bien más valioso en un momento como este".
Las empresas que entiendan este cambio y actúen en consecuencia definirán la próxima década de los servicios de localización y traducción.
Conclusión: Cambiar o quedarse atrás
La transición de un modelo que prioriza el proceso a uno que prioriza el software no es fácil.
Requiere tomar decisiones difíciles, recortar las líneas de ingresos ineficientes y adoptar una nueva identidad centrada en la tecnología y la especialización.
Pero la alternativa es aún más difícil: irrelevancia.
En el futuro impulsado por la IA, la flexibilidad por sí sola no te salvará. El ancho de banda lo hará.
